En el vibrante barrio Buenos Aires de Tuluá, el Grupo de Adulto Mayor Brisas de Buenos Aires ha sido un punto de encuentro invaluable durante los últimos 8 años. Diariamente, este grupo se reúne en el coliseo deportivo local para participar en diversas actividades que promueven la salud física y el bienestar emocional de sus miembros.
Sin embargo, detrás de su rutina activa y la camaradería que florece entre ellos, se esconden desafíos significativos que amenazan su continuidad. María Esperanza Atehortúa, una integrante comprometida del grupo, ha expresado su preocupación por la falta de respeto a los horarios establecidos para sus reuniones. «A veces encontramos el espacio ocupado y no podemos comenzar nuestras actividades a tiempo. Esto afecta nuestra dinámica y nuestro disfrute del tiempo juntos», comentó Atehortúa.
Además de los problemas con los horarios, el grupo también enfrenta dificultades económicas. Amparo Grisales, otra integrante activa, señaló: «Algunos de nosotros no podemos pagar la tarifa requerida para el profesor que dirige nuestras actividades. Esto crea una barrera para aquellos con recursos limitados».
La situación se ve agravada por la naturaleza informal del contrato del profesor, lo que genera incertidumbre sobre la estabilidad a largo plazo del grupo. «Pagamos al profesor para asegurarnos de que siga trabajando con nosotros, pero la falta de un contrato formal nos preocupa», agregó Grisales.
A pesar de estos desafíos, el Grupo de Adulto Mayor Brisas de Buenos Aires continúa siendo un faro de esperanza y vitalidad en la comunidad. Sus miembros buscan soluciones para mejorar sus condiciones de participación y mantener vivo su espíritu comunitario.
En un esfuerzo por resolver estos problemas y garantizar un espacio seguro y accesible para sus actividades, el Grupo de Adulto Mayor Brisas de Buenos Aires espera encontrar apoyo y comprensión tanto a nivel local como más amplio.