Arquímedes Rada, un venerado miembro del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tuluá, ha fallecido a la edad de 95 años. Su vida estuvo marcada por un inquebrantable compromiso con la comunidad, dedicando más de siete décadas al servicio como bombero voluntario.

Desde temprana edad, Rada sintió una profunda vocación por el servicio. A los cinco años, su deseo de tener una máquina de madera se convirtió en el primer paso hacia una vida dedicada a la profesión bomberil. Esta pasión lo llevó a integrarse formalmente en el cuerpo de bomberos en 1953, y desde entonces, su vida estuvo estrechamente ligada a las sirenas y al deber de proteger a los demás.

“Lo mejor de mi vida ha sido ser bombero”, solía decir Rada. Su compromiso era tan profundo que, incluso durante los primeros años de su matrimonio, las sirenas de emergencia nunca lo frenaron. A pesar de los desafíos personales, su dedicación al servicio siempre prevaleció. “Mi señora me tapaba los oídos para que no escuchara las sirenas, pero yo siempre corría al llamado, sin importar la hora”, recordaba con nostalgia.

Rada también tuvo una breve etapa en el Ejército antes de regresar a su amada institución de bomberos. A lo largo de su vida, trabajó incansablemente y, aunque en algún momento recibió compensación como bombero aeronáutico en Palmaseca, la mayor parte de su carrera la dedicó al servicio voluntario, sin esperar remuneración alguna.

El legado de Arquímedes Rada no solo se destaca por su valentía y entrega, sino también por sus enseñanzas a las nuevas generaciones. En diversas ocasiones, aconsejaba a los jóvenes aspirantes a bomberos sobre la importancia de la formación y la pasión por la profesión. “Ser bombero es más que vestir de rojo. Es una vocación que debe vivirse con cariño y dedicación, no por lo que se paga, sino por el llamado interior”, enfatizaba.

En el año 2022, con motivo del 83 años del Cuerpo de Bomberos de Tuluá, se rindió un emotivo homenaje a Rada, reconociendo su valiosa labor. Durante el evento, se le entregó una llave simbólica del cuerpo de bomberos, un gesto que representa su conexión eterna con la institución y la comunidad que tanto amó.

El legado de Arquímedes Rada perdurará en la memoria de quienes tuvieron el honor de conocerlo y trabajar a su lado. Su vida fue un ejemplo de abnegación y servicio, demostrando que el verdadero heroísmo radica en la voluntad de ayudar a los demás sin reservas.

Con profunda tristeza, la comunidad de Tuluá se despide de este incansable bombero, cuyo espíritu y dedicación seguirán inspirando a futuras generaciones en su noble labor.

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