En Tuluá, el Push Bike se está consolidando como una actividad innovadora para el desarrollo motor de los más pequeños. Este deporte, que utiliza bicicletas sin pedales, está diseñado para niños de entre 3 y 5 años y busca mejorar su equilibrio, resistencia y coordinación.
Jhon Fredy Valencia, entrenador del programa infantil de Push Bike en el parque de la familia, explica que, según la reglamentación de la Unión Ciclística Internacional, los niños deben comenzar su formación en bicicletas sin pedales. “Estas bicicletas son fundamentales para el desarrollo psicomotor, ya que permiten a los niños adquirir equilibrio y reaccionar de manera ágil a los desafíos que puedan enfrentar en competencias”, señala.
El Push Bike no solo se centra en la competición; en el club se organizan festivales que priorizan la diversión y la participación. Este fin de semana, un grupo de niños asistirá al circuito de Mariana Pajón en Medellín, un evento que promueve la experiencia y la socialización, sin la presión de obtener trofeos. Valencia destaca que “el objetivo es que todos los niños participen y se diviertan, fomentando la confianza al enfrentarse a otros pequeños de diferentes regiones”.
Las competencias se realizan en terrenos variados, que pueden ser tanto pavimentados como destapados, pero sin grandes obstáculos. Esto permite que los niños desarrollen sus habilidades en un ambiente seguro y accesible.
Para los padres interesados en inscribir a sus hijos en este deporte, el gimnasio Crossfitness de Tuluá ofrece información a través de sus redes sociales. Valencia enfatiza que el Pulse Bike es una forma efectiva de fomentar un estilo de vida saludable y alejar a los niños de hábitos poco saludables.
El Push Bike se presenta, así como una opción atractiva para las familias que buscan promover el ejercicio y el desarrollo integral de sus hijos, brindando no solo un espacio de diversión, sino también una sólida base para el futuro deportivo de los pequeños.