En el municipio de Tuluá, mujeres y organizaciones sociales han intensificado sus esfuerzos para enfrentar y erradicar la violencia de género, un problema que afecta a miles de mujeres en la región. A través de diferentes acciones, tales como campañas de sensibilización y la promoción de rutas de atención eficaces, los colectivos locales buscan dar visibilidad a esta grave problemática y garantizar que las víctimas reciban el apoyo que necesitan.

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Olga Milena Barona, miembro del Grupo de Promotoras del Taller Abierto en Tuluá, expresó que la principal barrera para que muchas mujeres denuncien la violencia es el miedo, sumado a factores como la dependencia económica y la falta de confianza en las instituciones. «Muchas mujeres callan por temor a represalias o por no tener los recursos para afrontar una denuncia», afirmó Barona. La activista subraya la importancia de fortalecer las rutas de atención en el municipio y asegurar que los mecanismos de protección, como la mesa de erradicación de la violencia y el comité de asuntos femeninos, funcionen adecuadamente.

Barona también destacó la necesidad de que las instituciones locales se coordinen mejor para ofrecer una respuesta rápida y efectiva a las víctimas. «Las mujeres deben sentirse respaldadas por las entidades encargadas de su protección, y la ruta de atención no debe perderse en la burocracia», añadió. En este sentido, las promotoras sociales continúan trabajando de la mano con las autoridades locales para mejorar los procesos de denuncia y apoyo a las mujeres.

A nivel regional, organizaciones como Confluencia, que agrupa a mujeres de todo el Valle del Cauca, también han alzado la voz para exigir mayor cumplimiento de las leyes y políticas públicas que protegen a las mujeres. Según los voceros de estas organizaciones, es fundamental que se garantice un acceso real y efectivo a la justicia para todas las mujeres, sin importar su contexto social o económico.

El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se ha convertido en una fecha clave para las organizaciones de mujeres en Tuluá. Para Carolina Bedoya, Trabajadora Social y parte del Taller Abierto, este día es un recordatorio de la lucha constante de las mujeres por sus derechos y una oportunidad para exigir el cumplimiento de la normatividad vigente que protege a las mujeres. «Es una fecha de resistencia y de lucha, pero también de reconocimiento de nuestros derechos y de exigencia para que se respeten», afirmó Bedoya.

Las organizaciones de Tuluá, como el Taller Abierto, insisten en que la violencia de género debe ser erradicada desde sus primeras manifestaciones, trabajando tanto con niñas, adolescentes y jóvenes, como con mujeres adultas mayores. Según las activistas, es esencial que se establezcan políticas públicas más efectivas que aborden la violencia en todas sus formas, incluyendo el maltrato físico, psicológico y económico.

A pesar de los avances, las organizaciones aseguran que aún queda mucho por hacer. La lucha por erradicar la violencia de género y garantizar la plena protección de los derechos de las mujeres continúa siendo una prioridad para los colectivos en Tuluá. Con acciones como la sensibilización comunitaria, la capacitación de las autoridades y el fortalecimiento de las rutas de atención, las organizaciones locales esperan que cada vez más mujeres se sientan seguras para denunciar y recibir el apoyo necesario.

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