En un emotivo evento, la Fundación Sarmiento Palau celebró a los adultos mayores con una jornada llena de regalos, comida, y momentos de diversión que destacaron la importancia de reconocer y valorar a quienes han vivido muchas décadas de experiencia. A pesar de la avanzada edad de los asistentes, la calidez del evento y el cariño de los organizadores hicieron sentir a todos los presentes como si estuvieran reviviendo su juventud.

«Estamos muy agradecidos por este evento que nos están haciendo, muchísimas gracias, que Dios les pague», expresaba una de las participantes, visiblemente emocionada. Con palabras llenas de gratitud, compartieron su felicidad por el reconocimiento recibido: «Una cosa muy bonita, que, a pesar de la edad de nosotros, se acuerden de nosotros, de que existimos y valemos todavía.»

El ambiente del evento fue descrito como «muy agradable», y las actividades diseñadas especialmente para los adultos mayores lograron romper la monotonía del día a día. «Es muy importante. Muy aburridor quedarse en casa encerrado», comentó otra de las asistentes, resaltando lo valioso de este tipo de iniciativas. Con 92 años, afirmó sentirse profundamente agradecida por la oportunidad de disfrutar de un día tan especial: «Muy feliz Navidad, soy muy agraciada por todo lo que la Fundación ha hecho por nosotros.»

El evento también contó con el respaldo de un equipo de coordinadoras, quienes, con dedicación y esfuerzo, lograron que todos los participantes se sintieran cómodos y bien atendidos. «Son chicas muy agradables, toda la gente muy linda, muy formal», comentaron algunos de los asistentes, quienes destacaron la organización del evento como un punto muy positivo.

«Yo me siento de 15 años a pesar de tener 75. Para mí, los grupos son lo primordial», dijo una de las participantes, quien destacó lo esencial que resulta compartir con otros durante esta etapa de la vida. Para ella, los años dorados no son sinónimo de aislamiento, sino de disfrutar de cada momento, a pesar de las dolencias que puedan surgir con la edad. «Ya la juventud pasó, pero debemos vivir el momento, el día a día. Estos años dorados son muy hermosos», expresó con una sonrisa.

«Muchas gracias, Fundación, por habernos traído a pasar un rato tan feliz», concluyó una de las asistentes, agradeciendo a la institución por la atención brindada y el homenaje realizado a todos los adultos mayores presentes.

Este tipo de actividades no solo ayudan a fortalecer el sentido de comunidad, sino que también resaltan la importancia de cuidar y valorar a las personas en su segunda etapa de vida, una etapa llena de sabiduría y dignidad que merece ser celebrada y respetada. Sin duda, eventos como este contribuyen a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, brindándoles momentos de alegría y compañía, mientras se les recuerda lo valiosos que son para la sociedad.

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