La Secretaría de Salud del Valle del Cauca reportó una disminución del 15% en los casos de personas quemadas por pólvora durante la temporada de fin de año, en comparación con el mismo periodo de 2024. A la fecha, 81 personas han sido lesionadas en el departamento, cifra que representa una baja frente a los 98 casos registrados el año pasado.
Sin embargo, a pesar de la reducción, las autoridades mantienen la alerta ante el número de menores de edad afectados por la manipulación de estos artefactos. De los 81 casos reportados, 51 son adultos y el resto, 30 personas, son niños, lo que subraya el riesgo constante para los más jóvenes durante las festividades.
María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Valle del Cauca, destacó que las quemaduras en miembros superiores e inferiores son las lesiones más frecuentes en los afectados, quienes generalmente requieren atención médica urgente en los centros de salud.
“La vigilancia intensificada terminará el 14 de enero. Aunque hemos logrado reducir el número de quemados en un 15% con respecto al año pasado, las cifras siguen siendo preocupantes, especialmente porque muchos de los afectados son menores de edad. No debe haber un solo niño quemado en el departamento, ni una sola persona afectada por la pólvora”, afirmó Lesmes.
Los municipios que concentran el mayor número de lesionados por pólvora en el Valle del Cauca son Cali, Palmira, Tuluá, Buenaventura y Jamundí. Estos lugares siguen siendo los puntos críticos en cuanto a la manipulación y el uso de explosivos, a pesar de los esfuerzos por reducir su uso y promover alternativas más seguras para las celebraciones.
Las autoridades del Valle del Cauca han intensificado las campañas educativas para concienciar a la ciudadanía sobre los peligros de la pólvora, y se han comprometido a trabajar con los fabricantes de estos artefactos. La meta es reducir no solo la cantidad de lesionados, sino también el impacto sonoro de la pólvora, que genera malestar en muchas personas y animales.
“Este año vamos a enfocarnos especialmente en trabajar con los fabricantes para disminuir el ruido de la pólvora y seguir promoviendo una cultura de celebración sin estos artefactos. Ojalá algún día logremos ver festividades sin pólvora, donde todos podamos disfrutar de manera segura”, agregó la secretaria de Salud.
A pesar de los avances, el desafío sigue siendo grande. La Secretaría de Salud hace un llamado a la comunidad a continuar con la precaución y a evitar el uso de pólvora, especialmente en zonas donde los niños tienen fácil acceso a estos peligrosos artefactos. Se reitera que la vigilancia médica seguirá hasta el 14 de enero, y que el sistema de salud está preparado para responder ante cualquier emergencia.