El sistema de salud pública en el Valle del Cauca se encuentra en una situación alarmante, con recursos insuficientes que amenazan la atención de los pacientes y la estabilidad de los hospitales públicos. La preocupación por esta crisis se agudiza ante el bajo incremento de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que solo aumentará un 4.6% en 2025, cifra considerada insuficiente para cubrir los costos operativos del sistema.

La UPC es un componente clave en la financiación de la atención en salud, pero el aumento de este indicador no es suficiente para enfrentar el aumento de los gastos, particularmente en lo que respecta al pago del talento humano. En los hospitales del Valle, el costo de los salarios del personal de salud, cuyo aumento es cercano al 11%, está por encima del crecimiento de la UPC. Este desajuste pone en peligro la capacidad de los hospitales públicos para ofrecer una atención adecuada a la población.

Además de la insuficiencia en la UPC, otro factor crítico es el cierre de servicios en varias clínicas privadas, lo que ha incrementado la demanda de atención en los hospitales públicos. Esta presión adicional ha generado una sobrecarga en las instituciones de salud, que ya luchan por mantener sus operaciones con recursos limitados. La situación también se ve agravada por los problemas financieros que enfrentan los hospitales, quienes han tenido que recurrir a recursos extraordinarios para cubrir los gastos, como los 25 mil millones de pesos asignados el año pasado para garantizar el pago del personal.

El déficit en el recaudo de las rentas cedidas, que incluyen impuestos sobre loterías, licores y cigarrillos, ha afectado aún más el financiamiento del sistema de salud. Estos recursos, destinados a asegurar la atención de los colombianos, han visto una disminución considerable, lo que limita la capacidad de respuesta ante la creciente demanda de servicios de salud en el Valle del Cauca.

A medida que se agrava esta crisis, los vallecaucanos temen por la calidad de la atención médica que recibirán en los próximos meses. Si no se toman decisiones urgentes y se asignan los recursos necesarios, la situación podría empeorar, afectando gravemente la salud de la población. La falta de medicamentos, la escasez de personal y la insuficiencia de infraestructura son algunos de los riesgos más inminentes.

En este contexto, se hace un llamado a las autoridades nacionales y regionales para que tomen medidas inmediatas que garanticen la sostenibilidad del sistema de salud en el Valle. Los hospitales públicos, que son los principales prestadores de servicios para la población más vulnerable, necesitan de un apoyo urgente para evitar una crisis mayor que ponga en peligro la salud de miles de vallecaucanos.

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